Nunca intente ahorrar dinero comprando un producto usado. Una silla usada no puede ofrecer la seguridad necesaria, ya sea por el desgaste por el uso o por haberse visto implicada en un accidente. Una silla usada puede comprometer la seguridad y además es imposible saber qué trato ha recibido. Piense en la seguridad y no en el coste.